“Él hizo mi boca como una espada afilada. Me escondió con la sombra de su mano. Me convirtió en una flecha pulida y me escondió en su aljaba.” (Isaías 49:2 PDT)
No debería afectarnos lo que dicen de nosotros, pero en ocasiones nos afecta, porque no nos hemos detenido a escuchar lo que Dios dice que somos.
TENGO HABILIDAD PARA HABLAR.
Mi boca es como una espada afilada, mis palabras son exactas que penetran en el corazón de quien me escucha.
ME ESCONDIÓ BAJO LA SOMBRA DE SU MANO.
No estoy expuesto, no soy vulnerable, aunque los demás me vean débil y pequeño, la mano del Todopoderoso me protege.
SOY UNA FLECHA PULIDA.
Cada día trabaja en mi carácter, me pule un poco todos los días, eso permite que tenga dirección y de en el blanco.
ESCONDIDO EN LA ALJABA.
Siempre listo y dispuesto a hacer la obra del ministerio, a donde me mande el Señor voy.
Eso soy en Cristo, así me veo a mi mismo, así me siento y como tal me comporto.
Bendiciones.
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