“Permaneceré en mi puesto como un guardia; estaré listo en la torre de defensa. Esperaré a que me hable y responda a la demanda que he presentado”. (Habacuc 2:1 PDT).
Cansado, muy cansado, así estaba Habacuc, cansado de tanta injusticia, de tanta violencia, de tanta inseguridad, ¿y Dios? ¿Por qué no actúas? ¿No que cuidas de tu pueblo? ¿Dónde está la vida abundante?
La relación de Habacuc con su Dios era íntima, como un hijo llega con Dios y platica con Él, no se fue al face a publicar su desesperación, no fue con su amigo a platicarle su amargura, dobló sus rodillas y fue con el que puede cambiar la situación.
Habacuc llegó a una determinación PERMANECERÉ EN MI PUESTO, continuaré haciendo MI labor, YO VOY A CUMPLIR, si los demás no cumplen, yo si lo haré, estaré listo para hacer mi trabajo, porque al final es a Dios a quien sirvo, es delante de Dios mi responsabilidad, yo siembro, y el crecimiento viene de Dios.
Esperare a que Dios me hable, esperare la guía de Dios, paso a paso vamos avanzando, no sé lo que viene el próximo año, pero hoy haré lo que tengo que hacer y el próximo año Dios me dirá lo que debo hacer.
No te dejas vencer por el desánimo, aunque las cosas se vean mal, no te desesperes de ti mismo, Dios está haciendo la obra en tu vida, continua, sigue avanzando, porque los planes de Dios son perfectos.
Bendiciones,
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