“Éste es el mensaje que Amós, pastor de ovejas del poblado de Tecoa, recibió de parte de Dios acerca de Israel, dos años antes del terremoto, en tiempos de Ozías, rey de Judá, y de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel”. (Amós 1:1 DHHDK).
Amós no era profeta ni hijo de profetas, era un pastor que Dios toma de detrás de las ovejas, le da un mensaje y lo envía al pueblo de Israel, es decir al reino del norte y es que él era del reino de Judá es decir el reino del Sur.
1. TODO INSTRUMENTO ES ÚTIL EN LAS MANOS DE DIOS. Dios toma jóvenes, tartamudos, religiosos, pescadores, cobradores de impuestos, ladrones, prostitutas y cualquiera que tenga un deseo profundo de servirle; lo primero que hace, le da una Palabra y después lo envía. ¿Tienes una Palabra? Pues ve y comparte.
2. NO TE GUÍES POR LO LÓGICO. Podríamos pensar que lo lógico era que predicara en Judá y no en Israel; recuerda que después de Salomón el reino se dividió en dos, y siempre hubo rivalidad entre los dos reinos. ¿entonces, por qué Dios lo envía al reino del norte? Así es Dios, no siempre sigue el pensamiento lineal, pero algo que he aprendido es que nunca se equivoca y que sus planes funcionan, sigue el plan de Dios y si te dice salta, no preguntes por qué, sino hasta donde.
3. ERES UN PROFETA, AUNQUE PAREZCAS PASTOR DE OVEJAS. Posiblemente Amos no parecía profeta, quizá no tenía el porte de profeta, pero no eres profeta porque lo que parezcas, sino por el llamado, aunque no hables, camines o parezcas profeta, eres un profeta, un siervo de Dios con una Palabra y eso es más que suficiente.
Levántate Amós, lleva esa Palabra que Dios te ha dado y compártela al mundo, que los campos ya están listos.
Bendiciones
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