“Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”. (S. Mateo 3:8 RVR1960).
Disposición, entrega, un deseo profundo de hacer las cosas bien, eso es lo que pide Dios de nosotros, no podemos vivir mal y esperar que resulte bien.
Podemos adornar los conceptos, pero el pecado es pecado aunque lo llames de otro modo.
¿Por qué Dios quiere que te alejes del pecado?
Porque el pecado produce muerte; todo pecado produce consecuencias, cualquier pecado que menciones produce consecuencias: el enojo, la envidia, los celos, fornicación, adulterio, cualquiera, por eso el Señor te quiere liberar del pecado, para eso murió Cristo, para liberarte del pecado, la gracia no es una licencia para pecar, sino el mecanismo que Dios proveyó para que puedas vencer al pecado.
Es el amor de Dios el que quiere que te alejes del pecado, no es la ira de Dios que habla, sino su profundo amor que ve como te lastimas al abrazar el pecado, es el amor de Dios quien te pide que te alejes de aquello que no agrada al Señor, porque quiere verte bien, bendecido, sin culpa, sin las consecuencias negativas, cosechando bendiciones, es el amor de Dios que te pide un arrepentimiento verdadero, que tengas la conciencia de saber que solo haciendo la voluntad de Dios vivirás en plenitud.
¿Estás haciendo algo que a Dios no le agrada?
Dobla tus rodillas en este momento, pídele perdón al Señor, deja que su gracia te inunde y que su fuerza te llene para que con toda determinación le digas: ¡NUNCA MÁS! ¡HASTA AQUÍ! En el Nombre de Jesús,
Es Su gracia, es el Espíritu Santo, es Cristo en ti, la esperanza de gloria.
Bendiciones,
Eliphelet Rubio.
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