“¡Vuélvete, Israel, al Señor tu Dios, tú que caíste a causa de tu pecado!” (Oseas 14:2 DHHDK).
Tan maravilloso es nuestro Dios que siempre establece un camino de regreso, nunca pero nunca podrás decir que no hay camino de retorno, entiendo qué hay ocasiones donde sientes que ya no hay remedio, que no hay salida, pero te equivocas, siempre pero siempre hay salida.
VUÉLVETE A TU DIOS.
Lo primero es voltear tu mirada a aquel que te formó, es regresar con el fabricante, con aquel que puede reconstruir tu vida, por más deshecha que esté, no hay un pozo tan profundo donde la mano de Dios no pueda alcanzarte.
ES RECONOCER TU ERROR.
Dice Oseas que caíste a causa de tu pecado; que buenos somos para encontrar culpables, desde Adán que culpó a Eva, seguimos culpando a la esposa, al patrón, al gobierno, todos tienen la culpa menos nosotros, necesitamos asumir nuestra responsabilidad, y ver en qué fallamos, no para auto-flagelarnos, sino para no volver a cometer los mismos errores.
HAY UNA VIDA DE VICTORIA ESPERANDOTE.
Cuando pruebes vivir en armonía con Dios y tu entorno no querrás salir de ahí, podrás dormir en paz, disfrutar cada día y podrás levantar tus manos en victoria.
Eliphelet Rubio.
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