“Llamarás, y el Señor responderá; pedirás ayuda, y él dirá: “¡Aquí estoy!” »Si desechas el yugo de opresión, el dedo acusador y la lengua maliciosa”. (Isaías 58:9 NVI).
Todos queremos que Dios nos responda, que escuche nuestras oraciones, pero pocas veces nos detenemos a pensar en lo que Dios pide de nosotros, en este texto nos dice tres de los requerimientos de Dios:
1. DESECHA EL YUGO DE OPRESIÓN .
Cuando no tengo misericordia del prójimo, y abuso de mi posición, oprimiendo a la esposa(o) o los hijos, trabajadores o compañeros, siempre han existido los abusadores, no seas uno de ellos, no te aproveches de tu posición o fuerza, úsala para bendecir, porque siempre se cosecha lo que se siembra.
2.EL DEDO ACUSADOR.
Es tan fácil juzgar y criticar sin conocer a fondo las cosas; detrás de cada persona hay una historia que no sabemos.
Has visto la diversidad tan grande qué hay en la naturaleza, en plantas, en los animales y en ¡todo! Si los animales fueran como los humanos, la jirafa sería señalada de “alzada”, siempre queriendo estar por encima de todos y diciéndole: -"tienes que cambiar, pídele a Dios que te quite ese cuellote".
Aceptación, acepta al que es diferente, no lo señales, acepta, no juzgues, no critiques, quita el dedo acusador.
3. LA LENGUA MALICIOSA.
Cuantas veces lanzamos palabras con veneno, sabiendo que vamos a herir y lastimar, y vamos dejando víctimas a nuestro paso, mutilados y personas sufriendo.
Los miserables quieren hacer a los demás miserables, para no sentirse tan miserables.
La lengua es un arma tan poderosa como una arma de fuego, y puede dañar tanto que debemos cuidar nuestras palabras.
¿Queremos que Dios responda nuestra oración? Cumplamos con los requerimientos.
Bendiciones.
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