“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos”. (S. Mateo 5:1 RVR1960).
El sermón del monte, una de las grandes enseñanzas de Jesús, surge cuando vió la multitud, cuando ve tantas personas con necesidad, con hambre, con el deseo profundo de aprender.
Dios conoce tu corazón, conoce tus más profundas necesidades, tus miedos, tus sueños, ese anhelo, esa hambre de ir más allá, de no quedarte en el mismo lugar.
Cuando ves a tu hijo con hambre, ¿qué haces? Si no tienes consigues, haces lo que sea necesario, imagina que estás sin dinero y tu hijo te dice:
- "¡Me duele mi pancita de hambre!"
Estoy seguro que te levantas y consigues de donde puedas, y le das de comer.
Dios, el Rey de reyes, el creador del universo, el dueño de todo, es tu Padre, imagina lo que hará si le dices: -Me duele mi pancita de hambre, quiero más de Ti, quiero crecer, quiero aprender, no me conformo con una vida mediocre, quiero seguirte, quiero buscarte, quiero llenarme de ti.
Viendo tu corazón, sube al monte y se sienta contigo, te enseña, te guía, te conduce por esa vida que ha diseñada para ti.
Bendiciones,
Eliphelet Rubio.
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