“Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos”. (Zacarías 13:7 RVR1960).
Zacarías se asoma a la gracia, como quien se para de puntitas, para ver por encima de un muro, como quien mira a través de un pequeñito orificio, sin entender plenamente el panorama; Jesús es el Pastor que fue herido, y sus ovejas corren llenas de temor, pareciera que Dios abandonó a sus corderitos, como si no tuviera compasión, ahí está lo maravilloso del camino de la gracia.
Discípulos llenos de miedo, escondidos por temor a que los maten igual como mataron a su maestro, inseguros, posiblemente en sus mentes cruzaba la idea que todo había terminado, quizá hasta dudaban de lo que habían vivido, ¿y en ellos recaía la gran comisión? ¿En serio? ¿Ese grupo de inseguros, miedosos que estaban escondidos, eran la esperanza de predicar el evangelio?
Esos meros, pero ¡no eran ellos! Estaban a punto de brincar la barda, ese camino de gracia que Zacarías y los profetas habían visto solo de puntitas, estaban a punto de de que se derribara el velo y vieran por completo el camino de la gracia, que es un camino Perfecto, donde el diseño de Dios convierte esos discípulos temerosos en Apóstoles llenos del ESPÍRITU DE DIOS, preparados para toda buena obra.
El camino de la gracia es un camino Perfecto, nada ocurre por accidente, el Pastor fue herido, pero era parte del plan; Dios ha diseñado tu vida a la perfección, no tengas miedo de estar en la rueda del Maestro, para los que aman a Dios TODO le ayuda para bien.
Bendiciones.
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