“Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová”. (Zacarías 8:17 RVR1960).
¿Cómo definirías la hipocresía?
Muchas veces se nos ha enseñado a conectar el cerebro con la lengua, que debemos cuidar nuestras palabras, y ahora que está de moda eso de el lenguaje incluyente, pues más. Dios va más allá, nos dice: ¡No pienses mal en tu corazón!
Porque, ¿cuántas veces saludamos con una sonrisa y por dentro les estamos criticando? ¿Cuántas veces hablas mal de una persona, cuando crees que no te ven? ¿Cuántas veces lo haces, pero también lo recibes?
Dios no quiere que parezcas, quiere que seas, que en tu corazón ames a tu prójimo; también se hace énfasis en amar con hechos no con palabras, pero déjame decirte algo mi hermano, primero necesitamos amar de corazón, desde adentro, donde nadie nos ve, en mi corazón justificó la acción de mi hermano, lo veo desde su perspectiva, lo entiendo, me pongo en sus zapatos, y si tengo que decirle algo, se lo digo de frente.
¿Has escuchado, la frase que dice: "hasta lo que no come le hace daño" ? ¡Exacto!! Muchas de las cosas que nos molestan de los demás, no nos afectan, ¿en qué te afecta que sea ocurrente? o ¿tímido? ¿Platicón, callado?; la riqueza de la vida está en la diversidad, ¿te imaginas que el planeta sea solo desierto o bosque o selva?
Eres diferente a tu hermano y que bueno, el Apóstol Pablo nos compara con un cuerpo que nos complementamos, y tenemos una función específica en el Cuerpo de Cristo.
No pienses mal de tu prójimo, no conoces sus razones, amalo desde el fondo de tu corazón, quiero vivir en un mundo donde el amor sea genuino, en este tiempo, la leche es soya, el atún es soya, que el amor no se de soya, que nuestro amor sea genuino, amor que nace en el corazón de Dios.
Bendiciones sinceras,
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