“El hombre se arrodilló delante de él y le dijo: —Creo, Señor”. (Juan 9:38 PDT).
Realmente me emocionó la historia de este hombre que había nacido ciego.
Este texto relata la culminación de la historia, donde este hombre se arrodilla y dice: "CREO SEÑOR". A pesar de los obstáculos de los religiosos, aquellos que deberían ayudar y bendecir solo estorbaban con sus reglas absurdas y sus cuestionamientos llenos de prejuicios.
Olvida todas las reglas de los religiosos, solo dobla tus rodillas como este hombre y dile al Señor, creo, y deja que el Espíritu Santo te guíe y te enseñe, hay muchas aventuras que vivir de la mano del Señor; cada necesidad es una oportunidad para ver su mano y su poder.
Bendiciones.
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