“Ellos le preguntaron: —Mujer, ¿por qué estás llorando? Ella respondió: —Han sacado el cuerpo de mi Señor y no sé dónde lo han puesto”. (Juan 20:13 PDT).
María Magdalena lloraba desconsolada afuera de la tumba.
-"han sacado el cuerpo de mi Señor y no se donde lo han puesto".
¡Todo se había perdido habían matado a su Señor, nunca más lo volvería a ver, ya no había esperanza, ya no había nada que pudiera hacer!
No habían entendido a quien servían, no habían entendido que “su Señor” ES SEÑOR SOBRE TODO, que ni la muerte lo podía detener, que su PODER va más allá de todo, que una Palabra suya basta, en ese momento ocurrió algo que me estremeció hasta las entrañas, Jesús le habla, y la despierta, las Palabras de Jesús le abren los ojos.
“Jesús le dijo: —¡María! Ella se volvió y le dijo en arameo: — ¡Rabuni! (que significa: Maestro)”. (Juan 20:16 PDT).
No le dio un sermón, no le dio una enseñanza de una hora, solo le dijo:
- ¡MARIA!
En ese momento se cumplió Is. 61, Dios le cambió las cenizas por óleo de gozo, su vida que estaba llena de cenizas, del recuerdo de lo que había sido, pero ya no era, se convirtió en óleo de gozo.
¿Puedes imaginar la alegría que sintió María en ese momento? ¿Y cuál fue su respuesta? - ¡RABUNI! (Esto es maestro).
CAMBIA TUS CENIZAS.
Deja que el Maestro te llame por tu nombre, que su Palabra te despierte, Él es Señor sobre todo y no creas que ya todo está perdido, dobla tus rodillas delante del Cristo resucitado.
Bendiciones.
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