“...Diciéndose unas a otras: —¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?”. (San Marcos 16:3 DHHDK).
Olvidaron a quien servían, su preocupación era: ¿Quién nos quitará la piedra? Posiblemente pensaban que eran mujeres sin mucha fuerza, que no tenían la fuerza para mover una piedra tan "Grande"; olvidaron las promesas, las enseñanzas, olvidaron o no habían entendido.
¡Jesús, el Hijo de Dios ya había resucitado! No había ninguna piedra que quitar, algo superior había pasado, la muerte no lo pudo detener, mucho menos una piedra.
Posiblemente no habían entendido el mensaje de la Cruz, no habían entendido que no eran solo palabras bonitas, que era un mensaje de Salvación, que era un mensaje de poder, que el mensaje de la Cruz no era sólo la muerte sino la RESURRECCIÓN, que Jesús se levantaría de la muerte...
¿Dónde está oh muerte tu aguijón? ¿Dónde oh sepulcro tu victoria?
¡Jesús, vive!
¡Cristo vive!
¿Estás preocupado por una piedra?
Posiblemente no has entendido el mensaje de la Cruz, no has entendido que tu necesidad, es una piedra que ya está resuelta, desde antes que te metieras en ese problema, Jesús ya tenía una puerta de salida para ti.
¿Cuál es la piedra que te preocupa?
¡Sirves a un Cristo vivo, sirves al Rey de reyes, es un Dios poderoso donde has puesto tu confianza!
¿Una piedra? ¡va!
Tu sanidad ya está decretada, tu deuda está saldada, tu familia está en las manos de Dios, la piedra sólo está en tu mente, pon tus ojos en el CRISTO RESUCITADO!
Bendiciones,
Eliphelet Rubio.
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