“Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, porque el vino nuevo hace que se revienten los cueros, y se pierden tanto el vino como los cueros. Por eso hay que echar el vino nuevo en cueros nuevos”. (San Marcos 2:22 DHHDK).
El vino nuevo es el evangelio, se debe poner en odres nuevos, estos eran bolsas de cuero donde guardaban el vino, cuando el odre se hacía viejo, se volvía rígido y acartonado, no servía para poner más vino nuevo, porque se agrietaba y se rompía.
Para recibir el evangelio necesitamos una mente y corazón abierto y dócil, porque es necesario que sean derribadas las barreras mentales que no permiten recibir el mensaje renovador del evangelio.
Muchas veces no podemos ir a niveles más altos a los que Dios nos quiere llevar, porque estamos como odres viejos rígidos, acartonados, necios, aferrados a nuestras creencias obsoletas y religiosas.
Por esta razón los fariseos no pudieron recibir el evangelio, tenían demasiadas tradiciones y creencias a lo que no estaban dispuestos a renunciar.
Deja que sea el Espíritu Santo forme tu forma de pensar, deja que la Palabra te enseñe,no te aferres a lo que te enseñaron, a lo que siempre has creído, cosas que ojo no vió ni oído oyó es lo que Dios tiene preparado para ti.
Bendiciones,
Eliphelet Rubio.
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